Por: Lakshmi Sarah Kennedy

Querido amigo en el camino,
¡Oh!, cómo te pienso,
con mis brazos abiertos.
Qué glorioso es este momento de estar juntos.

Aquí te espero, querido.
Aquí, en este lugar,
donde nuestras mentes y corazones
bailan juntos en libertad.

Me encuentro en un rapto, apreciado,
donde mi existencia está en revolución.
Es acá donde puedo sentir mi dolor,
percibo que estoy más cerca de vos.

En este lugar celebro la existencia,
nuestra pertenencia
a la Tierra fusionada con el Cosmos,
diverso, bello y devastador.

Te beso en la mejilla, mi querido,
Te digo: “Honro tu grandeza”.
Porque la vida es corta,
¡y nuestra amistad es una bendición!

Río mientras escribo.
Me siento como un hada en el bosque,
plena de juego y amor.
Pero ¡cuidado!, también he sido una maga oscura,
que ha excavado en la sombra para comprender mejor.

Estos han sido tiempos de escucha,
de dolor y confusión.
Cuando me zambullo en la oscuridad,
es necesario alejar la razón y el confort.

Es allí, donde soy aprendiz
de mis protectores interiores.
He visto en ellos
el mismo valor que la luz.

Tenemos dos caminos con las sombras:
las ignoramos o nos sentamos con ellas.
El segundo, implica ir al sótano de nuestra realidad.
El lugar donde también se encuentran las joyas.

Lo Salvaje es compañía,
guía para soltar mi ser,
devenir Tierra con mis hermanos:
caballos, pumas y pájaros.
Puedo sentir cosas de verdad.

Te despido, amigo mío, por ahora.
Nos veremos en el camino de amor.
Porque, después de todo, este es adonde vamos,
Co-creando y emergiendo juntos.