El Peregrino de la Noche
Reflexiona sobre el viaje hacia la oscuridad
por Sri Aurobindo
Concerté una cita con la Noche;
fijóse nuestro encuentro en el abismo:
llevando en mi pecho la luz inmortal de Dios
vine su oscuro y peligroso corazón a cortejar.
Dejé la gloria de la mente iluminada
y el rapto apacible del alma divinizada
y viajé a través de una sombría y ciega inmensidad
hasta la orilla gris donde se agitan sus aguas ignorantes.
Ando junto a las olas frías por el turbio cieno
y aún no veo el fin de esa ruta fatigosa;
perdida está fuera del Tiempo la radiante deidad,
no llega voz alguna del Amigo celestial,
y sin embargo sé que la huella de mis pies será
un sendero hacia la Inmortalidad.
Sri Aurobindo
La residencia del inconsciente. Que esencial es este trabajo y a su vez que desafiante es cuando empezamos a ver todos los niveles y profundidades de nuestro dolor.
Sin embargo cuando logramos eclipsar nuestra ignorancia y podemos traer ese dolor hacia nuestra mirada objetiva, comienza allí el gozoso proceso de crear luz de la oscuridad.
Aquí entendemos claramente la visita de Aurobindo a su naturaleza inconsciente, su “inframundo”. Cuán esencial es este trabajo y al mismo tiempo, cuán doloroso puede ser cuando comenzamos a ver todos los niveles y las profundidades de nuestra oscuridad, emociones y naturaleza no resueltas.
De todas maneras como saben los terapeutas y los sabios, cuando logramos eclipsar nuestra oscuridad y somos capaces de traer esta naturaleza a nuestra mirada objetiva, es cuando aflora el alegre proceso de crear luz a partir de la oscuridad.
Verdaderamente es en el desarrollo de llevar la belleza de la luz al enigma de lo oscuro, donde se libera un verdadero horno de fuerza y conocimiento en la alquimia de esta transformación y comenzamos a sentir el surgimiento de nuestra naturaleza perdida. Es allí cuando el viaje hacia la plenitud se convierte en una realidad.
Foto: Shikoku Japon.