La eternidad emerge

Por: Lakshmi

“En el Lejano Oriente, la transición de la tierra al mar no es vivida como una transición de lo firme a lo que no brinda sostén, sino como una transición de lo limitado a lo inagotable y abarcador, de la diferenciación a la in-diferenciación, de la plenitud a lo vacío, de la presencia a la ausencia, del aferrarse al abandono. El momento del satori (iluminación) es el momento de una gran transición en el que se instala un sentimiento oceánico”.

Byung-chul Han. Ausencia.

I

Volví al mar.
Apenas puedo expresar su hondo impacto en mí.
Fue en la Patagonia atlántica donde redescubrí el océano.

Nací en una isla de aguas frías y por ello este entorno parecía familiar.
Y sin embargo, esta vez no sólo lo sentí en mi cuerpo y mis ojos,
lo bebí profundamente en mi Alma
y una realidad nueva se despertó en mí.

En estos días, me he convertido en una persona diferente.
He sido lavada y
una desnudez intensa me ha invadido.

Belleza prístina de cielos alargados y costas sinuosas.
Formas agrestes, matices abruptos,
bóveda estrellada.
Un orbe de opuestos sostenidos.

Cada mañana anhelo ver a mi amante.
El astro dorado se eleva y mi corazón se refugia en sus brazos.
Incluso los pequeños pájaros en la playa con sus cantos me llaman.
Me he vuelto visible e invisible.

Aquí, al borde del tiempo,
las olas chocan con un murmullo sin cesar.
De repente, la tormenta se aproxima.
Soy una gota que observa, soy pequeña presencia.

Orquesta de colores y sensaciones. Asombro y rapto.
Eternidad cristalina que me libera de mezquinos dramas y pequeñas vanidades.
He recordado el llamado de lo salvaje.
Y la presencia sagrada es cómplice de este reencuentro.

II

Alquimia del océano,
y la luz extraordinaria de naturaleza impoluta.
Su brillo sensible en mi mente
crea una emergencia de una profunda iniciación.

Dentro de este poder, una ternura,
un toque femenino, armonioso y gentil.
Caricia majestuosa que espera por eones,
para criar con intimidad y trascendencia a este pequeño humano.

Enamorada estoy de esta vasta existencia
con su juego creativo y cuidado infinitesimal.

Una pausa.

Soy guiada hacia mi más profunda tristeza.
Lágrimas antiguas reveladas por el oleaje.
Encuentro refugio en el aterciopelado susurro.

Surge una revelación:
“Estaré a tu lado, te adoraré.
Veo tus luces y sombras,
te conozco, confío en ti.
Recibe Universos de amor”.

Cercanía y abrazo ardiente.
Inmensidad y vacío que disuelven el diminuto yo.
Siento la Gracia llegando a la orilla.
Encarno el mensaje secreto.

 

Foto: Ishwara “Bahía Bustamante, Patagonia, Argentina”.

2021-04-12T19:12:57+00:00 12/04/2021|